Oliver
Twist nació en un complejo de viejos edificios usados como talleres de trabajo,
y estaba rodeado de una humilde anciana opacada por la cerveza, y un cirujano
de la parroquia que atendía tales asuntos por contrato. Cuya madre había
fallecido unos minutos después de que Oliver había nacido, que apenas anoche la
anciana la encontró tirada en la calle, quien debió haber caminado mucho porque
sus zapatos estaban my desgastados, pero nadie sabia de donde vino o hacia
donde iba. Oliver parecía ser huérfano y nadie velaría por el. Las autoridades
de la parroquia decidieron enviar al huérfano a una granja, un taller en el
cual jóvenes delincuentes trabajaban todo el día, sin que se les proporcionara
mucha ropa o suficiente alimento, bajo la instrucción de una anciana que los
cuidaba a un costo de 7 peniques y medio por cabeza; y no era de esperar que
este sistema de granja produjera una cosecha extraordinaria.
Cuando Oliver cumplió 9 años lo
sorprendió como un niño pálido con baja estatura y muy desnutrido. Fue
encerrado en un ático para carbón, junto con otros dos jóvenes caballeros, con
quienes recibió tremenda paliza por presumir tener hambre.
Después de la visita del señor
Bumble, alguacil de la comunidad, le fue encomendado llevar a Oliver de nuevo a
la casa, donde servía un pequeño plato de atole a diario, una cebolla cada dos
semanas y medio pan los domingos. El comedor de los niños era un largo salón de
piedra con una estufa en un extremo, de donde el cocinero servía el atole
durante la comida. Cada niño tenía un plato hondo para su ración y no más. Los
platos nunca necesitaban ser lavados, ya que cada niño los rascaba con su
cuchara hasta que brillaban.
Oliver y sus amigos habían
soportado hambre por tres meses, por eso esa misma noche se llevo a cabo una
votación para decidir quién acudiría con el cocinero al final de la comida para
pedir otro plato, y escogieron a Oliver Twist. Cuando llego la hora de la
comida, al terminar el primer plato, Oliver se levanto y se acerco al cocinero
y le pidió otro plato de atole, el cocinero al escuchar eso, golpeo a Oliver en
la cabeza con el cucharon y le empezó a gritarle. Oliver fue confinado
inmediatamente y al día siguiente se coloco un anuncio fuera de la parroquia,
ofreciendo una recompensa de cinco libras a cualquiera que se lo llevara.
El señor Gamfield, un limpiador
de chimeneas, se encontró el anuncio en la puerta de la parroquia y sonrió ya
que disponía de la cantidad en ese instante, y dijo que era el indicado para
registrar los quemadores. Cuando vio a Oliver twist estaba de acuerdo en todo,
pero la cara de Oliver reflejaba una pálida y horrorizada mirada hacia su
futuro amo, y empezó a llorar y el señor Gamfield le pregunto que le pasaba, y
Oliver se puso de rodillas y juntando sus manos suplico que no lo obligaran a
irse con el. Y el señor Gamfield le dijo que si, y a la mañana siguiente se
volvió a anunciar al publico que Oliver estaba nuevamente en adopción con una
recompensa de cinco libras.
María Kim
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